Estoy hambrienta y me lamo las heridas buscando tu sabor. Sola, perdiéndote en esta última apuesta. Implosionando.
Sierro los ojos y me crujen todas las hojas en blanco, cortándome con su doble filo.
Vuelve a irte... pero devuélveme la lluvia, que se acerca noviembre y es todo tan casual, que la nada parece trazada sobre un plan destinado a fracasar.